viernes, 24 de diciembre de 2010

La vulnerabilidad genética incrementa el riesgo de los adolescentes fumadores a perpetuar el hábito

Una reciente investigación llevada a cabo por el Biomedical Research Center for Mental Health en el Maudsley Hospital y la School of Public Health de Londres, en colaboración con la Universidad de Oulu en Finlandia, han descubierto la influencia de dos variaciones genéticas que influyen en el riesgo de empezar a fuma en adolescentes y de convertirse, posteriormente,  en grandes fumadores en la edad adulta. Estas variaciones estarían localizadas en la región 11q23 correspondiente al cromosoma 11, la cual se asociaría al aumento del riesgo de empezar a fumar y la región 15q25 del cromosoma 15, la cual estaría relacionada con la continuación del hábito en la edad adulta. Estas regiones, contienen genes, que codifican para receptores químicos involucrados en los efectos que produce la nicotina en el cerebro, concretamente en el sistema dopaminergico y acetilcolinergico.
Por supuesto, tanto el ambiente, como la familia o el nivel socio-económico son factores que necesariamente se han de tener en cuanta para una mejor predicción de la posibilidad de adquisición del hábito.

Para consultar la noticia completa y la referencia al trabajo científico publicado Ducci, F. et al. (2010), sigue el enlace referenciado aqui. (En inglés).

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