El
concepto de flujo, describe la capacidad para concentrar la energía
psíquica y la atención en planes y objetivos escogidos por nosotros
mismos. Cuando
decidimos que queremos hacer y actuamos en esa dirección, sentimos que
vale la pena el tiempo y el esfuerzo que dedicamos ya que es una
actividad elegida por nosotros y esto favorece el disfrute de cada
momento que dedicamos al desarrollo y consecución del objetivo elegido.
Así,
nuestra energía psíquica puede fluir sin esfuerzo cuando la información
que hacemos consciente es coherente con nuestros objetivos. Sin embargo, no siempre ni en todo momento podemos conseguir este estado. En
realidad podemos fluir cuando realizamos una actividad en la que hay
presentes unas características determinadas y no debemos creer que para
fluir debemos estar disfrutando de nuestro tiempo libre. De
hecho, si estamos en nuestro momento de ocio, pero no tenemos planes ni
objetivos y nos dedicamos a sentarse en el sofá y ver la televisión sin
querer ver nada en concreto, es posible que aparezca el aburrimiento y
el flujo sea imposible.
Por
otra parte, en una situación que normalmente podemos creer que es
difícil que aparezca el flujo, como es el entorno laboral, es posible
que podamos alcanzar este estado, ya que algunas de las características
que tienen las actividades que nos hacen fluir están presentes.Podemos decir que una actividad que nos permite fluir, debe tener un objetivo claro y definido. Lo ideal en este caso, es haberlo elegido nosotros, claro. Por
otra parte, nuestras habilidades y capacidades para llevar a cabo la
tarea que nos proponemos, deben estar en consonancia con la dificultad
de la misma. Si
la tarea es muy sencilla para nosotros, nos aburriremos, pero si nos
resulta muy complicada, probablemente nos estresante y sentiremos
angustia.
Así,
diríamos que el estado de flujo, es un estado que lo podemos situar
entre el aburrimiento y la ansiedad dentro de un continuum de
emocionalidad, que experimentamos cuando realizamos una actividad
orientada a un objetivo o meta.Otra
característica de estas actividades que nos facilitan el estado de
flujo es que nuestra atención se mantiene focalizada al realizar las
tareas necesarias para alcanzar el objetivo, lo que produce,
paradójicamente una pérdida de la conciencia de uno mismo. Por otro lado, podemos obtener información inmediata sobre los errores o aciertos que estamos cometiendo. Es decir, obtenemos feedback contingente. Podemos
decir igualmente, que las preocupaciones que podamos tener, dejan de
estar accesibles a nuestra conciencia y no pensamos ya que las tareas
que producen flujo, demandan un elevado nivel de concentración. Finalmente,
apuntar que perdemos la noción del tiempo y no nos damos cuenta del
rápido o lento que pasa mientras desarrollamos la tarea.
Es
un estado mental que mejora nuestra calidad de vida, nos aporta
bienestar y que facilita la imaginación, la creatividad y los sueños. De
otro modo, la clave para poder alcanzar un estado de flujo, es un
estado de conciencia ordenado, facilitado por una atención focalizada en
la tarea. El
flujo, lo podemos lograr trabajando, realizando una tarea que nos guste
y, especialmente, haciendo deporte, practicando sexo, y realizando
actividades de relaciones sociales con amigos y familia.
En el siguiente enlace os dejamos un capítulo del programa Redes en el que se presenta una entrevista a Mihály Csíkszentmihályi, autor que definió el concepto.